Buscar trabajo ya no es lo que era
Extraído de: Expansión & Empleo. 16.01.2012. Tino Fernández.
Las empresas se ven obligadas a usar nuevas herramientas y modelos para captar a los candidatos idóneos en un nuevo escenario laboral. Estas mismas exigencias llevan a que quienes optan a un puesto también deban reinventar las fórmulas de búsqueda de empleo.
El escenario del mercado laboral nunca será el que fue, y tenemos que estar preparados para hacer las cosas de un modo muy diferente a como las hacíamos hasta ahora. Es un hecho evidente que los trabajos que triunfarán en la próxima década aún no existen, y los empleadores urgen a los candidatos a que presenten nuevas credenciales profesionales, capacidades y habilidades nunca vistas; muchos perfiles profesionales y gran parte de las carreras de ayer ya no sirven.
En un entorno cambiante en el que varían los focos de crecimiento en el mundo se necesitan perfiles distintos. Los sistemas de búsqueda también cambian, y cada puesto se hace único. Cuando una firma abre una posición es porque necesita a una persona concreta, y debemos tener un grado de entendimiento de lo que se requiere en esa compañía y en ese momento preciso.
Uno de los requisitos más demandados en el nuevo escenario que está surgiendo es la capacidad de innovación de los candidatos. Se buscan profesionales que hayan demostrado creatividad en la manera de obtener sus resultados y muy adaptables a las nuevas situaciones. Es necesario hacer cosas nuevas, inventar productos o servicios, aprender de otros sectores, buscar canales diferentes, importar ideas de éxito probado o crearlas. Esto requiere un perfil específico con características personales difíciles de medir.
Un gran porcentaje de las ofertas no se publican o ya están asignadas antes de que comience la selección. Se habla de un mercado de trabajo oculto, y el networking parece convertirse en la manera más efectiva de encontrar esos trabajos que no están publicitados. Hay quien asegura incluso que en el futuro tendremos que pagar para que nos faciliten entrevistas que nos aseguren un empleo. Los mejores no tendrán que hacerlo, pero los no tan buenos estarán obligados a ello, para tener la posibilidad de presentarse a una empresa que busque profesionales para un puesto.
Richard Jordan, miembro de la Society for Human Resource Management, explicaba recientemente en The Wall Street Journal que «internet ha dado una sensación de falsa seguridad a aquellos que utilizan la técnica del post and pray (publique y rece) en la que aquellos que buscan trabajo aplican para posiciones online y esperan a ver qué pasa. Sus currículos quedan apilados juntos con los de miles de buscadores de empleo».
Nicholas Lore, fundador del Rockport Institute, explicaba recientemente en The New York Times que «la manera en la que la gente escoge su carrera hoy es increíblemente primitiva, y no es de extrañar que así haya tanta gente descontenta con su trabajo». Cada vez más gente que odia lo que hace y para qué lo hace.
Las dinámicas de otros tiempos desaparecen y los ciclos de permanencia en las organizaciones se acortan; se imponen nuevos conceptos de lealtad a la empresa, de carrera profesional y de compromiso. La tendencia será a tener varios trabajos a lo largo de nuestra vida. Siete es el número en el que coinciden mayoritariamente.
La investigación sobre la actividad que desarrollan los candidatos en las redes sociales se está convirtiendo en una parte automática del proceso de contratación, y las compañías utilizan estas plataformas para verificar lo que se incluye en los currículos. Todo esto influye inevitablemente en las búsqueda de empleo. Así por ejemplo, desde hace cinco meses la compañía Social Intelligence ha comenzado una nueva actividad encomendada directamente por el gobierno estadounidense, que consiste en establecer un estándar o una especie de baremo de la actividad de un candidato en las redes sociales durante los últimos siete años, que podrá servir a las empresas dispuestas a contratarlo. La consecuencia es que su actividad en estas redes puede llegar a tener casi tanto peso como su carrera o el currículo.