Julia Casado nos habla de sus prácticas en Alemania
Mi nombre es Julia y ahora estoy finalizando mis estudios de 5º curso de Enología. Me encantaría trabajar en una bodega vitivinícola y es a lo que aspiro a dedicarme. Aunque soy consciente que aún soy joven (tengo 25 años) y me queda muchísimo por aprender. Para llegar hasta aquí, además de esforzarme mucho en mis estudios como ingeniera agrícola, he vivido numerosas experiencias que me han ayudado en mi desarrollo personal y profesional. Y no todas las he vivido en España. Como tenía ganas de conocer mundo y ponerme a prueba me planteé salir del país. ¿Por qué no realizar mis prácticas en el extranjero?, me pregunté.
Dicho y hecho. Al final me decidí y, como tenía claro a lo que me quería dedicar, puse todo mi empeño en enterarme en el modo de conseguir lo que me propuse. Con el apoyo del Observatorio Ocupacional y sus consejos pude realizar mis primeras prácticas en el Sur de Alemania, en una zona que se conoce como el palatinado (pfalz). Una región de idílicos paisajes naturales bañada por el Rin y el Mosela, con tierras tan fértiles y un clima tan suave que popularmente se la conoce como la Toscana alemana. Se trataba de una pequeña bodega vitivinícola llamada Biffar, un negocio familiar en el que, lejos de las grandes industrias del vino, se mantenía un sistema de trabajo más tradicional, cercano y artesanal. Así es como yo entiendo la enología. Creo que el vino es de la gente y está creado para que esta lo disfrute y no como algo exclusivo de círculos elitistas. Pero regresemos a mi experiencia en la bodega. Me puse en marcha y trabajé duramente en el campo y en los laboratorios con lo que adquirí importantes capacidades que hoy me son de mucha utilidad en las tareas que realizo para Mitra Solutions, empresa nacida en el seno del campus de Orihuela dedicada al diseño de bebidas y zumos.
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Pero mi estancia en el país germano no se limitó a esa hermosa zona agrícola que es el pfalz. Una vez finalizada mi etapa de trabajo en Biffar, dirigí mis pasos a la Universidad de Humboldt de Berlín, gracias, esta vez, a una beca IAESTE. ¡Qué suerte la mía! Pude completar mis estudios en una de las instituciones universitarias más prestigiosas del país y la más antigua de la capital germana. Allí continué formándome algunos meses más. Pero no por ello renuncié a pasármelo bien. ¿Cómo iba a dejar escapar todo lo que una ciudad como Berlín me podía ofrecer? Entre los conciertos, el cine y alguna que otra fiesta con los amigos no hubo lugar para el aburrimiento.
En definitiva, crecí como persona y como profesional y lo allí aprendido hasta ahora me ha sido de mucha utilidad una vez he vuelto a España. De hecho, las estancias en empresas de otros países suponen un valor añadido en los currículos que están muy bien considerados por las empresas de nuestro país, así como el conocimiento de un idioma extranjero.
Ahora estoy un poquito más cerca de alcanzar mi sueño, puesto que, después de mucho trabajo, me han concedido una beca de estancia y formación en las bodegas vallisoletanas Vega Sicilia. En septiembre iniciaré mis nuevas prácticas que tendrán una duración de dos meses y en las que tendré la oportunidad de ampliar aún más mis conocimientos y mejorar mi currículum. Quién sabe, puede que pronto dé con el empleo que siempre he estado buscando.
¿No te gustaría vivir tu propia experiencia de aprendizaje en un país diferente? ¿Crees que no está a tu alcance? Nada más lejos de la realidad. Con la ayuda del Observatorio seguro que puedes explorar todas las posibilidades y dar con las prácticas que mejor te vayan. No te quedes con la duda y toma nota de mi experiencia. ¡Tan sólo tienes que decidirte!