Esta es la historia de mis prácticas en Japón…
Experiencias de estudiantes en prácticas, Programa Hermes
Becas FARO, Farmacia, Japón, Jesús Izaguierre
22 octubre 2010
Mi nombre es Jesús Izaguirre y he estudiado farmacia en la UMH. Bueno no diré más puesto que vamos a por las prácticas en Japón.
Yo siempre he tenido en mente partir a vivir al extranjero, supongo que esta inquietud ha de ser siempre el principal motor para poder salir, ya que si no, puede pasar un poco como dejar de fumar ¿no?, que quieres pero no lo haces. Mi principal opción siempre había sido Estados Unidos, aunque como puedes ver cambie de opinión.
Hace aproximadamente año y medio un amigo me habló de las becas Faro. Consisten en encontrar una empresa en la que puedas realizar prácticas relacionadas con lo que estas estudiando. Para mí era perfecto puesto que estaba a un año de acabar la carrera y no había convalidado todavía ningún crédito de libre. Es decir, acababa todas las asignaturas y me iba solo con los créditos de libre, dado que para optar a las becas Faro tienes que ser todavía estudiante.
Yo había hecho un Erasmus en Paris, estableciendo el convenio entre universidades así que ya tenía un poquito de experiencia en estos asuntos burocráticos. Me lance a ello. Me suscribí en la página web de becas Faro y empecé a enviar mails explicando el propósito de las becas y cómo funcionaba a diversas empresas y universidades.
Hice algún contacto interesante pero nada muy claro. Durante ese periodo hice un viaje a Japón, hace un año. Así que te puedes imaginar el resto. Esto me encanto, me pareció una cultura increíble y un sitio magnifico para vivir. Me puse en contacto con una universidad de Tokio. Les visité durante el viaje y les expuse las condiciones de la beca sugiriéndoles trabajar en uno de sus laboratorios. Desde el principio fueron muy amables y se mostraron muy interesados. Primero me puse en contacto con su departamento de relaciones internacionales, para ellos más tarde ponerme en contacto con varios profesores que estaban interesados.
En realidad toda la gestión lo hice ya por mail desde España. Pero yo creo que la primera visita fue crucial hacerla en persona. Había enviado muchos mails y no estaba teniendo éxito. Con esta universidad, Tokyo University Of Science, no había tenido contacto alguno hasta que crucé la puerta, y fue todo rápidamente entendido y aceptado.
En España me puse manos a la obra llamando a las becas Faro y poniéndome en contacto con el Observatorio Ocupacional. No lo digo ni mucho menos por peloteo, pero en el observatorio me ayudaron mucho, fueron muy amables y serviciales. Siempre he sacado información valiosa cuando me he acercado por ahí.
Por otro lado, y hablando de la beca en general, no puedo decir que esto no requiera dedicación. La burocracia es un lastre que solo genera retrasos. Yo creo que como esto es inevitable, el hecho de que el proceso sea llevadero y agradable en cierta medida, depende del trato con quienes gestionen tu caso. El mío ha sido desesperante en ciertos momentos, pero siempre ha merecido la pena la perspectiva de la aventura en Japón. Hablando en plata ha sido un año luchando por la beca. Así que muchos problemillas con las becas Faro, sobre todo por la falta de entendimiento con los japoneses. Es difícil explicar bien estas cosas por mail.
Acordé con un profesor que realizaría las prácticas en su laboratorio. El me propuso una investigación de aislamiento de productos naturales a partir
de hongos, identificación de moléculas y búsquedas de posibles aplicaciones terapéuticas, mayormente enfocados al cáncer. Me pareció un tema interesante y las becas Faro aceptaron.
Y aquí estoy tras ello, llegue hace un mes y me puse adelante con todo. Estando en España creía que pasaría un primer tiempo sin dar abasto organizando todas las cosas que tocan cuando te mudas a un país nuevo, pero en realidad ha sido algo natural y bastante relajado. La adaptación ha sido muy simple dado que llegue con un amigo desde Alicante cuyo hermano lleva tiempo viviendo aquí. He estado un mes en su casa hasta mudarme a una propia. No he sufrido agobios por esa parte. Además que en seguida conoces a gente que te van ayudando con tus primeros pasos.
Confieso que el primer día que llegue al laboratorio tenía un poco de miedo, pero la gente en Japón es maravillosa. Son muy serviciales, es imposible seguirles el ritmo en cuanto a cortesía a los japoneses. Me lleva-ron el segundo día a una cena en mi honor y me han puesto una mesa con todo el material a mi disposición. Insisten en ayudarme en todo lo que puedan y me dejan mi espacio para adaptarme. No hay ningún tipo de problemas en general, solo les puedo estar agradecido.
Mi beca acaba a finales de diciembre de este año, aunque lo más probable es que me busque las castañas para quedarme un tiempo más. No era mi intención en un principio pero como se nota que estoy enamorado del país.
Si he de llegar a una conclusión en cuanto al proceso de solicitud de la beca, es que merece la pena. Es fastidioso, pero quien algo quiere algo le cuesta. Yo creo que con un poco de perseverancia y desparpajo (conviene soltarse y no tener miedo a nada en estas situaciones) se pueden conseguir este tipo de historias. Yo considero, que incluso hasta cierto punto, deberían ser experiencias obligatorias.
Podría contar mil cosas más dado lo diferente que esta cultura y todas las bondades que ofrece. Hay mucho de qué hablar pero yo creo que en cuanto a mí, esto resume mi experiencia.